Hoy es una de esas noches en las que echas la vista atrás y te das cuenta de lo que estás haciendo, o de lo que no, con tu vida. Piensas en lo que has pasado, en lo que te ha merecido la pena, en lo que no, de lo que te arrepientes, eso que volverías a hacer mil veces sin pensártelo ni un segundo, lo que cambiarías, por lo que lucharías, si habrías tirado la toalla tan pronto, si habrías esperado tanto tiempo eso que al final ni siquiera llega... No sé, se juntan demasiadas preguntas y no sé cómo darles respuesta. Podría empezar comentando que no sé ni lo que quiero. Es verdad y me he dado cuenta de que no me llena nada, ni nadie. Está bien pasártelo bien, probar nuevas cosas, perderte y aparecer de vez en cuando, pero al final te acabas cansando y esto es así lo mires por donde lo mires. Siempre buscas un cambio aunque estoy segura de que ni siquiera te has preguntado que para qué. Cambiar a mejor o a peor, seguir siendo buena o volverte un poquito más cabrona. Dar lo que has recibido o simplemente pasar. Un cambio, quizás de aires, cuando lo que verdaderamente tienes que cambiar está dentro de ti, tus problemas están siempre contigo vayas a donde vayas. Y cuando crees encontrar otro camino, aparece una piedra, juegas con ella y te cansas. Abandonas y vuelves al mismo sitio, a lo que eras antes. Y yo no quiero seguir haciendo lo mismo de siempre, yo quiero ser mi origen, mi historia. Es que entretenerse viendo la vida pasar no está bien, pierdo demasiado el tiempo en esperar lo que sé que no va a volver. Las tentaciones me distraen, me hacen olvidar un tiempo, pero al fin y al cabo son sólo eso. Son caprichos, temporales y yo voy de capricho en capricho. Cada uno con su historia, particular por cierto, pero al final todos terminan de la misma forma: "y si te he visto ni me acuerdo" Uf. Querer lo que no tienes y cuando lo tienes no quererlo es jodido. A mí me pasa, a lo mejor es porque pongo las expectativas demasiado altas o porque me aburro de los jueguecitos de críos, de los tira y afloja, de ahora sí porque me da la gana y de ahora no porque lo siento, no eres para mí. Dicen que si no tienes sueños tu vida deja de tener sentido, y cuánta razón. Basamos nuestros días en perseguir sueños, y cuando los conseguimos nos buscamos otros que nos hagan tener que volver a perseguirlos. Es un círculo vicioso del que no se sale si no aspiras a algo más grande, un objetivo que realmente te haga cambiar el rumbo, y como consecuencia, cambiar tú también. Y volvemos al cambio, todo depende de lo que te creas. Y yo me estoy acostumbrando a conseguir siempre lo que me propongo, y eso que no soy de repetir. También se dice que el mejor regalo es la ignorancia, a veces sinónimo de indiferencia y de que todo me da igual. Saber lo que sabes y no saber lo que no sabes, como eso de montarse pelis donde no hay nada. Nada. Claro que todo depende de lo que para ti sea la nada... Me vienes echándome la culpa. De que estás así porque yo lo he provocado. No perdona, es que si dejas que las personas te afecten, te van a herir. Yo creía en los amores platónicos, hasta que los consigues. Y luego todo se vuelve igual, gris, monótono, rutina, expectativas que caen en picado. Ya ha llegado el frío, las hormonas han vuelto a su sitio. Y que queréis que os diga, otra noche sin dormir.
"Noto que mi corazón no sé, no va; que las miradas se caen y que muere el mar, tú y yo tenemos que hablar, porque se va acabando el aire entre nosotros y lo noto."
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