TEMPORADA 1
1.
El típico que aunque no notes que esté, siempre está ahí. El pasado no siempre
es la peor opción a la que recurrir, aunque hayan pasado casi dos años. Y no
eres el de siempre, no, esta vez me
refiero al que fue el primerísimo de
todos. Aquel al que perdí la pista en invierno y que casualidades de la vida,
volvió a aparecer en escena. A lo lejos, casi invisible, sin dejar rastro...
Pero sé que estás ahí, y que a pesar de que nunca será como antes, quién sabe
si el mismo destino que nos unió hace más de 300 días pueda volver a hacerlo
ahora; y que se repita la historia. Nunca cerré la puerta del todo a una segunda parte y lo peor
de todo, es que lo sabes.
2.
El típico con el que es imposible llegar más lejos porque la confianza se ha
dado demasiado de sí. Demasiadas confesiones, demasiadas dudas, demasiadas
ilusiones... Demasiadas cosas que se quedaron en el aire. No me hago a la idea
de que esté en mi cabeza más veces de las que quisiera... Pero, joder, ¿por qué
eres tan deseable? ¿Por qué tienes algo que no sé? Con sólo mirarme, me tiene
ganada. A lo mejor es necesario que le recuerde que tenemos una tarde pendiente.
Deja de ser tan perfecto y deja de ser el preferido de todos, gracias. Pero aún
así es imposible, no hay ni una remota posibilidad de que funcione, ni siquiera
de que lo intentemos.
3. El
típico que aparece al final de todo, cuando está a punto de comenzar un período
de olvidar Madrid. Ese que te meten en la cabeza día a día, cada mañana que va
rozando el verano y que poco a poco va ocupando un lugar en tu pensamiento, ese
con el que te hacen ilusiones un mes, para que luego venga tu hermano y te
diga: “No, es que ahora no es el momento, pero en Septiembre a lo mejor...”
Odio infinito. Ha llegado Septiembre y ni una palabra, nada. Que no me vale con
que me digas que él me quería cuando ya estaba ocupado, que ahora sólo me vale
que me digas que sí, que todos nos lo hemos pensado mejor. En fin, será mejor
que me olvide de esta historia, porque no hay por donde cogerla...
4.
El típico al que conoces de toda la vida. Creo que ya lo he dicho todo. Es ese
tipo de chicos con el que nunca hubo una simple amistad. Los piques ya
empezaron de pequeños (y no hace falta que de detalles...) y continúan cada día
desde que casualidades de la vida volvimos a encontrarnos entre cuatro paredes.
A sus insinuaciones nunca se las lleva el viento, permanecen ahí, por si quiero
hacerlas caso. Sus palabras nunca son en vano, siempre van con segundas; sus
palabras siempre son indirectas, y últimamente directas, y no es que el entorno
ayude a que la tensión que hay entre nosotros se calme, aunque sólo sea un
poquito. Y yo me pregunto, ¿esta situación a él no le agobia? Joder, que yo
sólo quiero algo normal... Antes lo definía como una relación de amor-odio,
pero ahora... que amor ni que nada, aquí sólo hay odio. Nos odiamos, sí, pero
como me has dicho, él y yo acabaremos juntos. Es una hipótesis, pero como no
sea capaz de pararle los pies a tiempo, me veo en una situación incómoda dentro
de muy poquito tiempo. Y por nuestro bien, por el bien de los dos, no creo que
sea una buena idea. ¿Cómo puedo ‘odiarte’ tanto? Jodida tensión sexual no
resuelta.
TEMPORADA 2
5.
El típico que siempre será como una espinita clavada que no eres capaz de
arrancarte, básicamente porque no quieres. El típico que llega aquel mes y
todos te recuerdan que no está, que fui tonta por no aprovechar lo que hace
veranos tuve la oportunidad de hacerlo, que vaya
asco, ahora que él no viene a vernos. Yo voy por temporadas, a veces te
olvido y no apareces otra vez hasta que alguien saca el tema (y pueden pasar
meses), y a veces pienso en lo que pudo ser y no fue. Cuántas veces me he
arrepentido de aquel mediodía, cuántas veces supe que después de quince días,
era el momento perfecto, y que me gustabas bastante. Que te convertiste en una
debilidad que hoy en día, echo de menos. Pero volvamos a aquel mediodía, ¿se
acordará de lo qué pasó? Probablemente ya lo habrá olvidado, pero yo no. Los
dos solos, pero no literalmente... ¿Eso fue lo que nos impidió lanzarnos? ¿Fue
un malentendido? ¿Acaso alguno de los dos no quería?... Está claro que no, los
dos dijimos que sí, es más, me lo confirmaron hace poco. ¿Fue una cuestión de
pulseras? No, ya no éramos tan críos. Si nos queríamos, si desde el primer
momento en que nos conocimos supimos que estábamos hechos el uno para el
otro... ¿Por qué no pasó lo que tenía que pasar? Y no, no espero respuesta
porque los dos la sabemos. Eh, llevamos mucho tiempo sin vernos. Si algún día
nos encontramos, todo esto quedará en el recuerdo, pero a mí nunca se me
quitará esa espinita... No sé si lo sabrá, pero espero volverle a ver. Aunque
ya ni nos saludemos.
6.
El típico que te propones como objetivo, el típico clavo que clavas para que saque al
otro. Aquí seré breve, cuando era dos años más pequeña me gustabas, pero ahora
que sé como es, me repele. ¿Cómo alguien tan tú ha podido convertirse en
alguien tan sumamente cabrón e idiota? Luego te quejarás de que las chicas nos
llevamos una opinión de ti que no es, pero es que tampoco haces méritos para
cambiarla. Ufff... Si supieras como te has echado a perder, ni tú mismo te lo
creerías. Buena suerte en tu intento de liarte con todo aquello que se mueve.
7.
El típico que te presentan una tarde de risas como uno más, pero que sientes en
ese mismo instante que las miradas que os lanzáis no son normales. Y para nada,
desde ese día hay química, un feeling notable
entre vosotros, y que acaba... Pues como tiene que acabar cuando dos personas
que no se han visto en su vida se han conocido hace dos y terminan quedando una
mañana; luego una tarde, luego otra mañana, luego tres veces al día..., aunque
sólo sea algo de verano y no dure más de un mes. Fue bonito mientras duró. Es
lo que tiene el invierno, que cuando llega, hace olvidar cualquier número, y
hace que te olvide también a ti. Que sólo seas recordado como una anécdota,
breve pero intensa.
8.
El típico que con una línea es suficiente. No sabes que estás enamorada de él
hasta que se va y probablemente sepas que nunca más os volveréis a ver... Puta
distancia. Tú tan lejos, y yo tan aquí, echando de menos aquellas noches que no
compartí contigo y que en realidad era con quien quería hacerlo. Por lo
nuestro, por recuperar el tiempo que perdimos y porque vengas a verme, algún
día. Definitivamente te quiero, y sí, una nacional puede unirnos. Aunque estemos
a más de cuatro y cinco horas. No, que me
enamoro.
9. El
típico error que se paga caro. A ver, no digo que lo que pasó aquella mañana
fuese uno, pero las consecuencias que ha tenido no podían haber sido peores...
Y eso que aún no lo sabe quien lo debería de saber. Mira, sinceramente, no cambio
por nada lo que tuvimos, cómo nos conocimos, cómo aparecieron las ganas, cómo
apostamos, cómo funcionó. Un día, sólo uno, pero que fue suficiente. Porque
probablemente, si hubieran sido más no habría sido lo mismo. Es el típico que
tienes como imposible, pero que cuando lo consigues ya no te apetece más. Pues
eso mismo, y además es recíproco. Sigo pensando que si al día siguiente
sobraron las palabras fue por algo, que si el silencio sustituyó a los buenos
días, también fue por algo. Algún día
hablaremos, nos volveremos a ver y veremos que pasa con nosotros; hasta
entonces, que te vaya bien, y que sepas que no me pienso meter en medio de
vuestra amistad otra vez. Que sois amigos, no es plan. Aquel día le olvidamos
los dos, pero resulta que ahora yo no puedo olvidarle a él. Te quise a mi lado,
pero hoy ya no. Lo que te hacía diferente del resto ha desaparecido.
10.
El típico que se convierte en tu amor platónico cuando eres una enana, y que a
lo largo de los años lo ha seguido siendo. Ahora ya te da igual, porque piensas
que has dado demasiado por algo que no tenía sentido, pero justo el año en el
que empiezas a pasar del tema te habla por primera vez en la vida. Así, de
buenas. Pero luego se lía con tu amiga. En fin, es lo que tiene eso de que las
cosas vienen cuando menos te las esperas, y que a quien buscas te ignora, pero
cuando eres tú la que ignora, es él el que viene a ti. Exagerando, claro. Hola,
has sido tú uno de los pocos que se pueden considerar verdaderos, y fuiste tú
por el que cambié. Algún día te darás cuenta de todo el tiempo que me has
tenido ahí, aunque tú no lo supieras, pero a lo mejor, ya será demasiado
tarde... O a lo mejor no. Recuerda, isto é para sempre.
No hay comentarios:
Publicar un comentario